viernes, 28 de agosto de 2015

Los resultados están aquí.

         No voy a hacer este post muy largo. Desde que empecé el proceso de la operación hasta la fecha, he perdido 20 kilogramos. Empecé con un peso de 150 kg y ahora estoy en 132. Ok, son 18, pero estoy redondenado. El doctor me dijo que pesaba 129 y la nutrióloga 132. Empiezo a notar diferencias en la ropa, ya me queda más floja y me puedo abrochar el pantalón del uniforme más fácil sin sentir miedo al botonazo.
         La nutrióloga me dio una dieta con comidas mucho más variadas, ya no tengo que comer lo mismo todos los días; de hecho gracias a un (afortunado) accidente en mi casa, ayer comí fuera por primera vez en casi dos meses. Comí sushi. No el que me gustaba comer antes pero uno vegetariano (la nutrióloga me dijo que podía). Generalmente me comía muy a gusto las 8 porciones que te dan, y en un día de verdadera gula, me hubiera podido comer otros 4. Bueno, a duras penas llegué a la mitad. Me comí 4 porciones de sushi y las otras 4 me las traje al trabajo.

         Todos estos cambios de alguna manera consciente o inconsciente me están provocando mucha inestabilidad. Necesito mucho apoyo, mucha paciencia y mucha tolerancia de mis amigos, pues me siento como una adicta en recuperación, como esas de AA. Momentos como estos donde estoy demasiado propensa a cambios de humor, son los momentos donde siento que tengo que subir mis defensas emocionales y aparte, esconderme porque sé que las palabra que salen de mi boca, a pesar de que no son malintencionadas, van a salir un tanto crudas o sin tacto. Ya he cobrado mis primeras víctimas, sienta o no que haya hecho algo malo. Estoy en esos momentos donde estoy de "ámame ahorita que no lo merezco porque es cuando más lo necesito".

         Por si fuera poco, no sólo estoy lidiando yo sola con mis propios cambios, reacciones que no comprendo de mí misma, y todo eso, sino que encima siento que se me está cayendo el mundo a pedazos por situaciones familiares que me revuelven recuerdos de la infancia, donde me ponen demasiado nerviosa y asustada, donde tengo que estar súper alerta a cualquier ruido o ambiente que sienta que no es normal.

        La sensación de soledad emocional se intensifica y la seguridad emocional que necesito no puedo encontrarla en ningún lado. ¿Por qué me aventé a este cambio tan grande?


 Foto no relacionada con el post. Es un hilo de plástico, supongo que de sutura, que me saqué de una de las heridas.



miércoles, 19 de agosto de 2015

It could have been me~

          Ya sé que no debo adelantarme ni vivir en el futuro. Ya sé que no debo preocuparme. Pero hay cosas que estoy esperando vivir, cosas de las que tengo muchas ganas; pero no sé conseguir. La gente me dice que no me preocupe por mi edad, que aún estoy muy joven, pero, siento que me estoy quedando atrás. Y no creo que esté en edad para quedarme atrás.

          Son tantas cosas que se me hace difícil organizar mis ideas y por lo tanto me es más difícil escribir.
          
Hay una canción que me ha gustado mucho y que contribuyó a que me animara a operarme, precisamente por el mensaje. La dejaré como enlace a YouTube por si alguien quere escucharla, con una traducción.

          He estado notando que mis mejillas ya no están tan delgadas como la semana pasada. No sé si es idea mía, no sé si es algún efecto normal porque ya estoy comiendo otro tipo de cosas que no son papillas y jugos. A veces tengo ganas de vomitar en la mañana cuando me tomo mi jugo de manzana, y en la noche, cuando ceno el cereal, a veces se me acelera el pulso, pero como se me pasa después, no me preocupo mucho ni le comento nada a nadie.
          
Últimamente me siento emocionalmente saturada de cosas.



Could have been me (Pude haber sido yo)- The Struts

No quiero vivir como una historia sin contar
Prefiero extinguirme en una llamarada de gloria
No puedo escucharte, no te tengo miedo

Viviré ahora porque los malos mueren al último
Esquivando las balas con tu pasado roto
No puedo escucharte, no te tengo miedo ahora
Envuelto en tu arrepentimiento
Vaya gasto de sangre y sudor

Quiero saborear el amor y el dolor
Quiero sentir el orgullo y la vergüenza
No me quiero tomar mi tiempo
No quiero desperdiciar una línea
Quiero vivir mejores días
Nunca mirar atrás y decir
Ese pude haber sido yo
Ese pude haber sido yo

No quiero vivir como una melodía sin cantar
Prefiero escuchar al silencio decirme
No puedo escucharte, no te tengo miedo

No quiero despertarme el lunes por la mañana
La idea del trabajo provoca que la piel se me erize
No puedo tenerte miedo, no te escucho ahora
Envuelto en tu arrepentimiento
Vaya gasto de sangre y sudor

Quiero saborear el amor y el dolor
Quiero sentir el orgullo y la vergüenza
No me quiero tomar mi tiempo
No quiero desperdiciar una línea
Quiero vivir mejores días
Nunca mirar atrás y decir
Ese pude haber sido yo
Ese pude haber sido yo

sábado, 15 de agosto de 2015

Nueva etapa

          A ya un par de días de haber iniciado lo que es mi dieta blanda, me siento un poco extraña y preocupada. Mi dieta blanda consiste en comida, y ya dejando un poco los jugos y las papillas atrás. Pollo cocido, caldo de verduras, sandía, galletas saladas, etcétera. Aquí empieza lo que solía preocuparme antes de operarme. ¿Y si no puedo? Ya he mencionado atrás (creo) que el olor de ciertas comidas me abrían el hambre y por lo tanto resultaba un poco tortuoso para mí. Yo estaba acostumbrada a comer rápido por los horarios que tenía que cumplir. Aprender a comer lento me ha resultado doloroso, pues si como un poco de pollo que no está bien masticado, mi estómago me reclama luego, como aquellas punzadas que sentía al beber agua. Lo que para mí antes era un placer y un deleite, comer ahora me está resultando incómodo y doloroso. Quizá es parte del plan malévolo de la operación. Para solucionar el problema del hambre, he tomado mucha agua. En la hoja de la dieta dice que debo beber 1.5 litros de agua.
          Aquí es donde entran en conflicto dos situaciones mías: la primera, que como ya estoy pudiendo comer algo sólido (me he dado cuenta que las galletas saladas son deliciosas, recuerdo cuando les ponía mayonesa cuando era niña y me las comía en sanwich, jajaja) quiero comer y volver a disfrutar, pero también debo aprender a contenerme y no dejarme ganar por las ganas de comer. El verdadero problema, o uno anterior a ese, es que no sé si quiero realmente aprenderlo. O sea, sí quiero, ¡claro que quiero! Por algo me operé, y sé que sólo por el hecho de operarme no voy a bajar de peso. Pero, diablos, qué ricas saben esas galletas saladas y que rico es poder disfrutarlas. Parece que quiero mantener mi pastel y querer comérmelo a la vez. Hasta las metáforas hablan de comida. Sé que la comida es muy importante para el ser humano... ¿pero no podemos usar otras metáforas?

          Me siento abrumada.

viernes, 7 de agosto de 2015

Dudas~

  Últimamente las cosas van saliendo bien. He podido dormir considerablemente mejor, inclusive puedo dormir completamente boca abajo, aunque aún no me atrevo a dormir del lado donde tengo la cicatriz de donde me retiraron el dren. Es una cicatriz relativamente delicada, y le tengo respeto.
Aquí las cicatrices, vista de frente y vista de lado. Ahí se ven mucho más lipias, pero antes se veían un poco más dramáticas.

         A un mes, entonces, desde que empecé el proceso el día después de mi cumpleaños, aquí están las actualizaciones. He notado cambios en mi rostro, y algunas personas me han comentado que me veo más delgada también. Hasta el día 26 es cuando tengo la cita con el doctor de nuevo y con la nutrióloga, que es cuando me voy a pesar oficialmente. No sé cuánto peso he perdido aún.


Ignoren la sonrisa de psicópata, me habían regalado un trago en mi cena de cumpleaños. :P

        Una de las cosas que me hacían dudar si realmente quería la operación, era pensar que probablemente no pudiera seguir las especificaciones de la dieta. Yo me conozco y sé que no tengo fuerza de voluntad. Hoy un conocido me preguntó que sería lo primero que comería cuando ya no estuviera a dieta, y se me vinieron tantas cosas poco saludables a la mente y eso me dejó pensando si realmente tengo la fuerza necesaria. El otro día vi la foto de una muchacha que conocí en el hospital y nos añadimos en Facebook, donde estaba en un restaurante y su platillo eran lo que parecían ser tres molletes. Le pregunté si pudo comer eso y me respondió que uno y con esfuerzo. Eso me asustó y en el transcurso del día empecé a idear maneras de poder comer yo esos tres molletes si ese fuera mi caso.
          Otra cosa que me asusta, es que si yo salgo a comer con mis amigas, yo quiero comer “normal” con ellas. No quiero pedir la mitad de la mitad de la mitad de una orden y no poder disfrutar junto con ellas. Todos me dicen “pero vas a poder comerlo, aunque sea poco”, “¿qué te importa la más, la comida o tu salud/figura/etc?”…. Nada de aquello me satisface. Creo que estoy en problemas.