lunes, 4 de enero de 2016

Rehén de una bolsa de Doritos.

Hoy es una de esas madrugadas donde por alguna razón las consecuencias de desiciones que he tomado regresan un poco más fuerte. Consecuencias con las que ahora me toca vivir pero no sé cómo tolerar.

Mi dieta no ha ibo bien particularmente esta semana. Estoy esperando ansiosamente regresar al trabajo. Tengo una bolsa de Doritos que quedaron de la cena de Año Nuevo con la que planeo amenzarme esperando a que alguien me rescate. Sí, es patético, sé cómo suena: rehén de una bola de Doritos.

No quisiera entrar en detalles profundos sobre la situación que ahorita me atormenta, pero quería dejar en el récord que efectivamente siento una relación entre esto y las ganas de querer mandar todo al diablo y ceder. De hecho, las tengo aquí al lado, "mirándome" mientras procuro no llorar por una situación que haga lo que haga ya no puedo remediar. Aún no hago nada con ellas, pero ahí están. Es como los «cutters», pero en lugar de navajas, comida. Para el caso es lo mismo. Me estoy haciendo daño a mí misma, como los alcohólicos que bebe para matar algo adentro de ellos. Bueno, también tengo un té. Pero si no fuera porque sé que la soda verdaderamente podría hacerme daño, tuviera un vaso grande de Coca Cola aquí conmigo, pero me conformo con que el veneno de elección de esta noche sea un té de manzanilla, y la bolsa de los Doritos del mal.

Me doy cuenta que no es tanto la persona o la situación, sino la elección que tomé, que resultó ser la equivocada, y que ahora veo lo que pudo ser y ya no es. He tenido la oportunidad de verme con esta persona "frente a frente" y pedirle perdón, pero por más que él diga que no pasa nada, que "estamos bien" no lo resuelve. Creo que ni siquiera fue el daño que causé, sino lo que pudo ser, lo que tuve, y lo que dejé ir.

A la vida le urge un ctrl + z. No, ese tiene un límite. Le urge un botón de «restart» para cuando necesitas volver a empezar desde el inicio. Dicen que todos los días es una oportunidad para iniciar de nuevo, pero a veces la jugada ha sido tan mierdera que el «save point» ya no es lo suficientemente bueno.

Al menos, después de unas cuántas lágrimas y una vomitada de incoherencias, ya no se me apetece tanto la bolsa de Doritos.

PD. Sin embargo, sí terminé comiendo.

1 comentario:

  1. Recuerdo que hablamos por skype el día que tenías la bolsa de doritos. Tu papá también te dio dos bolsas más, una de cheetos y otra de no sé que. Te dije que "que envidia" verte comerlos, pero también te dije que no deberías de comer tanto. Cuando me mostraste la que quedó de doritos estaba enorme y te di la excusa de que las botaras porque si estaban desde año nuevo ya "seguro estaban blanditas"
    Probablemente te hubiera acompañado a tragar todas las sabritas, aunque pienso que igual pudieras haberme mordido porque "no te gusta compartir la comida, a menos que cada quien tenga su propia porción". No sé, ¿Me hubieras puesto cara de ¬¬ ?
    Aún hasta este punto no comprendo (quizás nunca lo haga) del porque te castigas por cosas que no son culpa tuya (?) El hubiera no existe, se que no soy nadie para decir nada, pero en estos casos, el comenzar de nuevo sin que importe como esté lo demás, puede ser muy duro, pero sanador también. Solo queda tomar valor y poder seguir adelante.

    Lo has hecho bien durante mucho tiempo, lo que queda es simplemente mantenerte firme en las decisiones que has tomado hasta ahora. =) Lo estás haciendo bien no importa como lo veas, somos humanos y tenemos caídas, pero recuerda: "Si te caes 9 veces, levántate 10" Ánimo. ♥

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